Es el primer templo almeriense concebido como templo-fortaleza, de estilo predominantemente gótico. En principio se construyó para defender al pueblo de los ataques de los piratas.
Posee almenas y troneras para la defensa. Es de estilo gótico de transición y su traza se atribuye a Diego de Siloé. Su ábside es de forma poligonal y la torre barroca. Las naves del interior son de estilo gótico con capillas laterales que guardan retablos de gran belleza. El retablo del altar mayor es barroco y está decorado con pinturas y esculturas de gran calidad. También posee un claustro de estilo renacentista, que era el antiguo patio de armas de la fortaleza.
Por dentro tenemos:
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